GRIGORI RASPUTÍN
- Usted siempre va a fracasar, porque su alma está muerta.
- Un pedazo de pan es más precioso para el hombre que una montaña de diamantes y oro, Amén
- Antes de que podamos arrepentirnos, tenemos que pecar.
- Me besas, te besó Dios. Tú te acuestas conmigo, tú te acuestas con él.
- Dios ha visto tus lágrimas y escuchó sus oraciones. No temas, el niño no va a morir.
Grigori Yefímovich Rasputín fue un místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov. Rasputín es la transcripción al español procedente de la francesa, aunque más acorde con la pronunciación en ruso es la forma Rasputin. También fue conocido como «el Monje Loco». En su lugar de origen pretendía darse una apariencia de Jesucristo y tenía fama de sanador mediante el rezo, razón por la cual, y gracias a una amiga de la zarina llamada Anna Výrubova, en 1905 fue llamado al palacio de los zares para cortar una hemorragia de su hijo único Alexis Nikolaevich de Rusia, que padecía de hemofilia. El zarevich efectivamente mejoró —algunos investigadores sostienen que fue mediante hipnosis— y la familia Romanov, especialmente la zarina Alejandra, cayó bajo la influencia de este controvertido personaje.
Cuando tenía alrededor de 18 años se marchó a meditar al monasterio de Verjoturye (Óblast de Sverdlovsk), aunque también es posible que fuera enviado allí como pena por robar. Su experiencia durante los 3 meses escasos que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Virgenque presenció a la vuelta del monasterio, lo llevaron a convertirse en un místico. Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la Iglesia Ortodoxa Rusa conocida como jlystý, es decir flagelantes.
Los jlystý creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor. En las reuniones de esta secta las fiestas y orgías eran constantes y Grigori se convirtió en un acérrimo integrante. El ingreso en esta congregación marcó al profeta siberiano de por vida, y explica la notoria vida sexual que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de hombre santo.
Tras abandonar la secta conoció a un iluminado llamado Makari, el cual ejerció una enorme influencia sobre Rasputín. El 2 de enero del año 1889 (según el calendario ortodoxo) se casó con Praskovia Fiódorovna Dubróvina con la que tuvo tres hijos: Dmitri (Demetrio), Maria (María) y Varvara (Bárbara). Se sabe que engendró más hijos bastardos con otras mujeres. En 1901, se marchó de su región natal y se hizoperegrino. Estuvo dos años viajando por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa. Aprendió mucho de historia, esoterismo, teosofía, viejas religiones y tradiciones. En 1903 vuelve de nuevo a Rusia. Deambula por las calles de San Petersburgo siendo considerado como un adivino popular y empezó a albergar el objetivo de relacionarse con la familia real.
Rasputín no solo se ganó el favor de la familia real, sino que también buena parte de la aristocracia se rindió a él. Esto se debió sobre todo a su carisma personal. Sin embargo, fue muy atacado por aquellos cortesanos y nobles que se sintieron amenazados en sus intereses y propagaron rumores que sirvieron de alimento para los revolucionarios enemigos del régimen zarista. El zar sólo lo toleraba en la medida que la zarina lo aceptara, aunque no había decisión del zar que no pasara por la supervisión de Rasputín. Durante la Primera Guerra Mundial fue acusado de ser un espía alemán y de influir políticamente en la zarina, que era de ascendencia alemana, en sus nombramientos ministeriales cuando el zar estuvo ausente por la guerra. Este hecho fue desastroso para la permanencia del régimen zarista.
Considerado amigo íntimo del zarévich Alexéi Nikoláievich y su «médico» personal, ya que este le proporcionaba una especie de «hipnosis curativa» y le ofrecía la seguridad que su sobreprotectora madre no podía ofrecerle, el futuro de la dinastía Románov estaba en sus manos. Si él no salvaba de la muerte al hemofílico zarévich la especulación sobre el heredero al trono quedaba abierta. Gracias a esas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alexandra confió ciegamente en el curandero, ya que las pruebas de sanación que le producía a su hijo eran inexplicables. Confió también en los vaticinios del monje sobre los destinos de la santa Rusia, a la cual veía Rasputín en sus visiones «envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas». En el gobierno y en la corte se consideraba que la influencia de Rasputín sobre el zar y la zarina era nefasta en un momento en que la situación de la monarquía ya era crítica. El primer ministro Alexander Trépov le ofreció doscientos mil rublos para que regresase a Siberia y había fracasado, a principios de 1916, una tentativa de asesinato del exministro del Interior, Alexéi Jvostov. Finalmente la conjura que tuvo éxito fue la del príncipe Félix Yusúpov, en la que también estaban implicados un líder derechista de la Duma, Vladímir Purishkévich, y dos grandes duques, Dmitri Pávlovich y Nicolás Mijáilovich.
Yusúpov, Purishkévich y el gran duque Dmitri planearon atraer a Rasputín al palacio de Yusúpov con la excusa de que se reuniría con la esposa de este, la gran duquesa Irina Alexándrovna. Así, a pesar de haber recibido una advertencia previa del peligro el mismo 16 de diciembre, Rasputín se presentó en el palacio poco después de medianoche. Allí Yusúpov lo hizo esperar a la gran duquesa, mientras esta supuestamente atendía a otros invitados, en una estancia del sótano donde le sirvió vino y unos pasteles envenenados con cianuro. Exasperado porque el veneno parecía no hacer efecto, Yusúpov le disparó un tiro con una pistola Browning y lo dejó por muerto mientras se preparaba para salir a deshacerse del cadáver. No obstante, Rasputín había sobrevivido y Purishkévich, después de fallar en dos ocasiones, lo derribó con otros dos disparos y lo remató con un golpe en la sien. Después ataron el cuerpo con cadenas de hierro y lo arrojaron al río Nevá, donde fue encontrado el 18 de diciembre.
Rasputín fue enterrado en enero de 1917 junto al palacio de Tsárskoye Seló. Después de la Revolución de Febrero, su cuerpo fue desenterrado e incinerado en el bosque de Pargolovo, donde las cenizas fueron esparcidas. Investigaciones recientes señalan que en el asesinato de Rasputín estuvo involucrado el servicio secreto británico, en donde un agente que residía por entonces en Petrogrado, llamado Oswald Rayner, bajo el mandato de otro agente llamado John Scale, participó directamente en el asesinato. En su época había rumores de que era una persona licenciosa y de que se lo había visto numerosas veces borracho y en compañía de prostitutas. Sus relaciones con sus discípulos, sus visitas de alcoba, en su mayoría mujeres de la alta sociedad rusa, también eran polémicas. Una de sus máximas era: «Se deben cometer los pecados más atroces, porque Dios sentirá un mayor agrado al perdonar a los grandes pecadores». Sin embargo, los historiadores no han encontrado pruebas concluyentes que afirmen esta vida licenciosa. Independientemente de su veracidad, esta reputación ha sido trasladada a varias biografías, películas e incluso canciones.
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