LEÓN FELIPE
- No se trata de ser el primero, sino de llegar con todos y a tiempo.
- No te asuste naufragar que el tesoro que buscamos,
capitán, no está en el seno del puerto sino en el fondo del mar
- El Hombre es lo
que importa. El Hombre ahí, desnudo bajo la noche y frente al misterio, con su
tragedia a cuestas, con su verdadera tragedia, con su única tragedia... La que
surge, la que se alza cuando preguntamos, cuando gritamos en el viento. ¿Quién
soy yo?
- Para cada hombre guarda un rayo nuevo de luz el sol
- Ni el infierno... Ni el fuego y el dolor son eternos.
- No andes errante... Y busca tu camino.
- Y es inútil, inútil toda huida (ni por abajo ni por arriba). Se vuelve siempre. Siempre.
- Empieza por contar las piedras, luego contarás las estrellas.
- Nuestro oficio no es nuestro destino.
Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe, fue un poeta español. Permaneció tres años en la cárcel, convicto de desfalco y contrajo un matrimonio fracasado con la peruana Irene Lambarri, residiendo con ella en Barcelona. Su vida bohemia le sumió en una situación económicamente complicada hacia 1919, cuando iniciaba su obra poética en Madrid. Volvió a España poco antes de iniciarse la guerra civil, viviendo como militante republicano hasta 1938, año en que se exilia definitivamente a México, pasando a ser agregado cultural de la embajada de la República española en el exilio, única reconocida entonces por el Gobierno mexicano. Nadie mejor que él mismo para describir su estancia en este país: "Llegué a México (por primera vez) montado en la cola de la revolución. Corría el año de 1923. Después, aquí he vivido por muchos años: Aquí he gritado, he sufrido, he protestado, he blasfemado, me he llenado de asombro..." Murió en el país que lo acogió, en la Ciudad de México el 18 de septiembre de 1968
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