MARQUÉS DE SADE


- En el amor, todas las  cumbres son borrascosas.

- No hay más infierno para el hombre que la estupidez y la maldad de sus semejantes.

- Es tan injusto poseer  exclusivamente a una mujer como poseer esclavos

- Todo es bueno cuando es excesivo.

La tolerancia es la virtud del débil.

-El orden social  a cambio de libertad es un mal trato

Ninguna religión vale una sola gota de sangre


Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título de marqués de Sade, fue un filósofo y escritor francés, autor de Los crímenes del amorAline y Valcour y otras numerosas novelas, cuentos, ensayos y obras de teatro. También le son atribuidas Justine o los infortunios de la virtudJuliette o las prosperidades del vicioLas 120 jornadas de Sodoma y La filosofía en el tocador, entre otras.
En sus obras son característicos los antihéroes, protagonistas de las más aberrantes violaciones y de disertaciones en las que, mediantesofismas, justifican cínicamente sus actos. La expresión de un ateísmo radical, además de la descripción de parafilias y actos de violencia extrema, son los temas más recurrentes de sus escritos, en los que prima la idea del triunfo del vicio sobre la virtud.
Fue encarcelado bajo el Antiguo Régimen, la Asamblea Revolucionaria, el Consulado y el Primer Imperio francés, pasando veintisiete años de su vida encerrado en diferentes fortalezas y «asilos para locos». También figuró en las listas de condenados a la guillotina. En 1803 escribió, refiriéndose a su largo encierro: Los entreactos de mi vida han sido demasiado largos. Protagonizó varios incidentes que se convirtieron en grandes escándalos. En vida, y después de muerto, le han perseguido numerosas leyendas. Sus obras estuvieron incluidas en el Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos) de la Iglesia católica.
A su muerte era conocido como el autor de la «infame» novela Justine, por lo que pasó los últimos años de su vida encerrado en el manicomio de Charenton. Dicha novela fue prohibida, pero circuló clandestinamente durante todo el siglo XIX y mitad del siglo XX, influyendo en algunos novelistas y poetas, como Flaubert, que en privado lo llamaba «el gran Sade», DostoyevskySwinburneRimbaud o Apollinaire, quien rescata su obra del «infierno» de la Biblioteca Nacional de Francia, y que llegó a decir que el marqués de Sade fue «el espíritu más libre que jamás ha existido».
André Breton y los surrealistas lo proclamaron «Divino Marqués» en referencia al «Divino Aretino», primer autor erótico de los tiempos modernos (siglo XVI). Aún hoy su obra despierta los mayores elogios y las mayores repulsas. Georges Bataille, entre otros, calificó su obra como «apología del crimen».
Su nombre ha pasado a la historia convertido en sustantivo. Desde 1834, la palabra «sadismo» aparece en el diccionario en varios idiomas para describir la propia excitación producida al cometer actos de crueldad sobre otra persona.

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