FRIEDRICH HÖLDERLIN


El hombre, un dios cuando sueña y apenas un mendigo cuando piensa.

El lenguaje es el bien más precioso y a la vez el más peligroso que se ha dado al hombre.

- No hay nada que pueda crecer y perecer tan profundamente como el hombre.

- Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva.
 
-¿Qué es la sabiduría de un libro en comparación con la sabiduría de un ángel?

- Únicamente creen en lo divino aquellos que también lo son.


 Johann Christian Friedrich Hölderlin fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo romanticismo. Se ignora por qué razones abandonó su trabajo, en abril de 1801, y volvió con su madre, a Nütingen. Según se desprende de una carta de marzo de 1801 a su amigo Christian Landauer, Hölderlin era cada vez más consciente de sus problemas mentales, que ya desde su época de estudiante se le habían presentado en forma de depresiones. En invierno de ese año tuvo una fuerte crisis. Hasta enero de 1802, cuando obtuvo un cargo en casa del cónsul de Hamburgo en Burdeos, trabajó ininterrumpidamente en su obra poética. Al aparecer los primeros síntomas de su enfermedad mental, en abril abandonó una vez más su puesto. Sinclair le comunicó por carta la muerte de Susette Gontard, el 22 de junio de 1803, en Fráncfort del Meno. Tras un período de gran violencia, su trastorno mental pareció remitir. Sinclair lo llevó de viaje a Ratisbona y Ulm y, a la vuelta, escribió El único y Patmos, dos de sus obras maestras. Por influencia de su amigo Sinclair, en 1804 obtuvo la plaza de bibliotecario de la corte, en el palacio del landgrave de los Homburgo. Como sus crisis mentales se hicieron cada vez más frecuentes (profería maldiciones como un poseso y andaba sin rumbo mientras hablaba consigo mismo), en 1806 Sinclair decidió deshacerse de él internándolo en una clínica psiquiátrica de Tubinga. Tras cuatro días de viaje, fue recibido por Ferdinand Autenrieth, el responsable médico de la clínica, que había alcanzado fama desde su apertura por los nuevos métodos terapéuticos empleados.
Hölderlin ingresó en la clínica el 14 o 15 de septiembre de 1806 y estuvo internado 231 días. Sus síntomas eran una gran agitación motora, largos paseos sin rumbo, escasa orientación espacio-temporal, frecuentes accesos de ira y, sobre todo, una incontrolable e ininteligible verborrea (probablemente, indicativos de una esquizofrenia catatónica). Tras ser declarado enfermo incurable, en mayo de 1807 fue puesto al cuidado de un ebanista de la misma ciudad, entusiasta de la lectura del Hiperión, quien lo acogió en su casa, haciéndose cargo de los gastos de manutención la madre del poeta. Allí permaneció hasta su muerte, en unas condiciones de locura pacífica que se prolongaron durante treinta y seis años

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