MIGUEL DE UNAMUNO























- La ciencia sin amor nos aparta de Dios, y el amor aun sin ciencia y, acaso mejor sin ella, nos lleva a Dios y por Dios a la sabiduría.

- Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.

- La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.


- Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad

- Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.

- A veces, el silencio es la peor mentira

- Jamás desesperes, aun estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae agua limpia y fecundante

- El que mejor sabe que ama, es el que ama mejor

- A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse

- El amor es hijo de la ilusión y padre de la desilusión

- Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio.

- La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.

- Las lenguas, como las religiones, viven de herejías.

- Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente.

- Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado

- ¿Racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de llegar a la libertad en Cristo.


Miguel de Unamuno y Jugo  fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novelaensayoteatro y poesía. Fue, asimismo,diputado del Congreso de los Diputados de 1931 a 1933 por la circunscripción de Salamanca. Los últimos días de vida (de octubre a diciembre de 1936) los pasó bajo arresto domiciliario en su casa, en un estado, en palabras de Fernando García de Cortázar, de resignada desolación, desesperación y soledad Murió en su domicilio de Salamanca el 31 de diciembre de 1936, de forma repentina, en el transcurso de la tertulia vespertina que mantenía regularmente con un par de amigos. A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista. A su muerte, Antonio Machado escribió: «Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo»

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